LA ESCUELA PUBLICA QUE NECESITAMOS

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Autor:  Antonio Bueno

 

Los colegios públicos no son almacenes. No pueden serlo, no deben serlo lugares donde nuestros hijos e hijas van a pasar casi un tercio diario de la primera década de sus vidas. 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA ESCUELA PUBLICA QUE NECESITAMOS

Los colegios públicos no son almacenes. No pueden serlo, no deben serlo lugares donde nuestros hijos e hijas van a pasar casi un tercio diario de la primera década de sus vidas. Muy al contrario, en ellos deben primar las condiciones idóneas para desarrollar la que será su tarea única en ese momento de su existencia: conocerse y conocer a sus iguales mientras se forman en lo académico. Los colegios, como las casas, deben reunir no unos mínimos sino unos máximos que aseguren confort, bienestar y todo aquello requerido para la citada tarea. Para que pueda darse el axioma que afirma que el colegio es la segunda casa y la casa el primer colegio. Las autoridades, como representantes electas que son deben velar por ello.  La Escuela Pública no es una entelequia creada por ciencia infusa, es un pilar del Estado del Bienestar y no puede estar al albur de quien ostente el poder coyunturalmente. Porque, al contrario de lo que abiertamente se dice, los colegios públicos no son gratuitos: los pagamos con los impuestos y es nuestra obligación exigir a los gestores de esos impuestos que inviertan en su atención, gestión, mantenimiento y mejoras integrales. 

Una gestión integral que implica por parte del Ayuntamiento velar por el factor humano, el personal de portería, pendiente de esa innumerable lista de cuestiones no docentes que han de llevarse a cabo en un colegio: apertura y cierre de puertas, atención telefónica y recepción de visitas, familias o proveedores, mantenimiento de instalaciones y pequeña maquinaria en el día a día,  vigilancia del centro y un largo etcétera.  Un personal de portería del que carecen, a día de hoy, 15 centros de la ciudad. En los casos más gravosos esta situación lleva enquistada dos años  y  su solución, como a Armada en el Golpe del  81, ni está ni se le espera.

 Desde el arranque del último periodo democrático, en nuestra ciudad hemos conocido la figura del portero y la portera dentro del servicio público reglamentado, como funcionariado de la administración local. Casi 40 años de desempeño que ahora cuestiona el Equipo de Gobierno municipal, cuya “brillante” idea- deslizada “sotto voce” someramente en Pleno a finales de 2021 - consiste en desnudar un santo para vestir otro: cubrir las carencias de personal existentes en los centros cívicos desplazando a ellos al personal de las porterías escolares. En su lugar, en los centros educativos ubicarían empresas de vigilancia privada. La falaz argumentación esgrimida es que los consistorios han de limitarse a labores de mantenimiento de las infraestructuras (a cuya lamentable situación dedicaremos unos párrafos más tarde), limpieza (la cual cubre vía SADECO) y vigilancia (para lo que pretende contar con una empresa privada que abriría y cerraría las puertas del Centro).  Para dotar de entidad su decisión y alejar de ella el fantasma del capricho enarbolan la ley 5/2010 de 11 de junio de Autonomía Local de Andalucía, aunque citan solo el articulado que les conviene, obviando  parte importante del texto legal , que no les avala. No es, por lo tanto, un problema de marco competencial sino de voluntad política. En ese sentido la Plataforma de ampas cordobesas NIÑ@S DEL SUR, junto al Colectivo de Porteros y Porteras hemos puesto encima de la mesa, en los espacios que se nos ha permitido, sesión de pleno y reunión con el responsable de RRHH y aparente ideólogo del proyecto- cara visible al menos- Bernardo Jordano, a la sazón también concejal de Inclusión, soluciones e intervenciones coyunturales unas, definitivas otras. Ellos crean el problema y la sociedad civil les damos la solución. La excusa burocrática les permite mantener en barbecho esta cuestión hasta, entendemos, conocer el resultado electoral de mayo y , en función de él, volver a sus cuarteles de invierno o retomar el ataque a lo Público con más fuerza.

Las familias, organizadas, hemos ejercido de catalizadoras del movimiento que desde la esfera educativa ha paralizado, o en todo caso pospuesto, este golpe.

 Las infraestructuras educativas públicas y su estado son, quizás, un buen espejo donde se refleja claramente la desidia municipal en todo lo tocante a la Escuela Pública. Un mantenimiento integral municipal que debería exigir una constante revisión y mejora de las infraestructuras, antiguas algunas, decrépitas otras, preconstitucionales muchas. Baños, cubiertas, alumbrado, cierres, sistemas de calefactado y refrigeración, estado de los patios, y un largo etcétera que en la escuela pública cordobesa es tremendamente deficitario.

El así llamado “caso Infraestructuras “ha sacado a la luz y constatado irregularidades que ya sospechábamos las ampas. Sus responsables, con David Dorado al frente, habían ignorado sistemáticamente las peticiones de reunión y diálogo de ampas a nivel individual, y de la Plataforma Niñ@s del Sur a nivel representativo. Tal era el desmán y la opacidad del citado departamento municipal que 12 de los 19 ampas de colegios en los que se habían ubicado máquinas de climatización no operativas hubieron de crear una plataforma de afectadas, SOS CLIMATIZACIÓN, para intentar solucionar un tema tan importante como es la gestión del calefactado en las aulas en invierno y el aún más importante , el refrigerado en verano, en una ciudad como la nuestra, con unas temperaturas extremas de mayo a septiembre.

Siendo el más espectacular no es el único ejemplo de inacción o mala praxis. El contrato por el cual se abastece de gasoil a las calderas de los colegios que aún las tienen como vía de calefactado, algo más de 20, no se firmó para su renovación en el año 2022 por lo que cuando expiró los colegios quedaron desabastecidos e inermes ante el frío propiciando escenas similares a las retratadas por ASFALTO en su “Días de Escuela” : “bien abrigado llegaba al colegio…la dichosa estufa que no calienta ni a dios”. Una vez más fue la presión de las familias organizadas en la Plataforma la que consiguió la firma de un contrato menor primero, uno súper simplificado después y una prórroga de este finalmente, para llegar así a la definitiva firma del contrato “grande”, a mediados de marzo.

Sumamos y seguimos: ausencia total de arboleda en los patios escolares; tampoco es una opción el que el Ayuntamiento facilite sistemas artificiales de sombreado, no procede, afirman. El asfalto calienta los patios escolares públicos, se crean islas de calor que imposibilitan el desarrollo normal de asignaturas como la Educación Física o el tan necesario disfrute del recreo. Tenemos, también en este tema, ideas y alternativas a lo que hay; tampoco, para no variar, las quieren escuchar.

Existen, además, recurrentes realidades que no ocupan generalmente las portadas de los periódicos locales pero que están ahí y que se manifiestan cíclicamente : cubiertas con goteras o canalones taponados con hojarasca no retirada que hace que , al llover, el agua busque su espacio y lo encuentre en forma de agujero en el aula y sobre las cabezas de nuestros hijos e hijas . Lo que podría haberse solventado con una actuación apriorística rutinaria de limpieza implica ahora un arreglo, caro en lo económico y puede que algún día, esperemos que no, en lo personal en forma de desgracia por caída de techumbre .Este año, mínimo en dos colegios, hemos tenido esta casuística.

Podríamos seguir “ad aeternum”, aquí va otro : cierres y paramentos no preparados para el aislamiento térmico con el consiguiente dispendio económico municipal y  medioambiental .

A tenor de ciertas declaraciones públicas podríamos tildar de bochornoso que se permitiese la realidad arriba descrita. Declaraciones escritas, negro sobre blanco, de esas que se afirma que no se lleva el viento, a saber: el 17 de septiembre de 2019 el Pleno del Ayuntamiento adoptó un acuerdo , Nº222/19 , Moción conjunta , PARA LA MEJORA DE LAS INFRAESTRUCTURAS EDUCATIVAS DE LOS CENTROS EDUCATIVOS PÚBLICOS.  En ella se enumeraban 7 puntos tocantes a lo referido en el nombre de la moción. Sería largo enumerarlos aquí, pueden consultarse en internet. Baste decir que cinco puntos hablaban de” instar al equipo de gobierno municipal a …”, un punto “instar a la Junta de Andalucía a …”, y un último punto implicaba comunicar a las ampas y las direcciones de los centros estos acuerdos. Sólo uno se cumplió, el último; lo sé porque me llegó la carta contándome que iban a hacer lo que no se ha hecho. Por cierto: pese a ser una moción inicial de Izquierda Unida en solitario, fue asumida , con ciertos cambios, por el resto de los grupos y finalmente   se aprobó por unanimidad . Es decir, el equipo de gobierno de PP y Ciudadanos votó a favor de comprometerse a, básicamente, actuar para mejorar las infraestructuras de los centros educativos públicos. Realmente recomiendo la lectura de los idílicos puntos detallados en esta moción. No pienso que ni el PP ni Ciudadanos tuvieran nunca intención de cumplirlos, sinceramente.   

Si nos retiramos la foto de los ojos y la contemplamos dando un par de pasos atrás se abre el prisma y observamos el lado autonómico de la cuestión educativa: lo dependiente de la Junta de Andalucía. Y si bien es cierto que no son cuestiones que puedan lograrse desde la municipalidad no es menos cierto que no les son totalmente ajenas. Además existe una Comisión Técnica Mixta en la que están presentes las concejalías municipales de Infraestructuras y de Educación e Infancia junto con la Delegación Territorial de Educación de la Junta   , en cuyo ámbito se podrían dilucidar , o mínimo plantear las cuestiones , entre otras, que avanzamos a continuación.

Los comedores escolares no pasan por su mejor momento, si alguna vez lo tuvieron. Alimentos de cuestionable calidad, ignorando conceptos clave como cercanía en la procedencia o inmediatez en la elaboración. El almuerzo de nuestros hijos e hijas no puede cocinarse a   kilómetros de los colegios, guardarse y recalentarse varios días después. Imaginamos que cumplirá el criterio de rentabilidad, pero incumple otros fundamentales. En esto, como en otros muchos casos en lo tocante a la Escuela Pública, hablan de gasto cuando deberían llamarlo inversión. No son pocos los ejemplos de municipalización de estos servicios. Cierto es que resulta más factible en pueblos que en grandes ciudades y que es más común en el norte de nuestro Estado que en nuestras ciudades, pero en cualquier caso dista mucho de ser una quimera inalcanzable. Por otra parte, existen no muy lejos experiencias con cocinas municipales, centradas en un servicio, que podría ser el de colegios, o utilizables según necesidad para toda la casuística municipal que las requiriese. ¿Por qué no pensar a lo grande?

Atención también en el interior del aula, donde las ratios (número de alumnado por clase) rozan lo permitido, cuando no lo sobrepasan con ratios ilegales. El COVID exigió unos números en clase inferiores a los habituales, con desdobles que permitieran un mayor espacio personal para evitar contagios. Se constató entonces, aunque fuese por obligación, que era posible bajar las ratios, el sistema funcionaba y mejoraban multitud de aspectos en la dupla enseñanza-aprendizaje. Ahora, con una natalidad en descenso, es el momento de no cerrar clases y disminuir el número de alumnos y alumnas por aula, con la intrínseca mejora de los resultados docentes. Además, se ha demostrado económicamente viable por lo que si no se hace es por falta de voluntad política. En la legislatura que ahora termina el equipo de gobierno municipal del PP y Ciudadanos, con el imprescindible apoyo externo de VOX ha tumbado dos iniciativas sobre ratio y cierre de líneas en la Escuela Pública. Por sus hechos los conoceréis.

No creemos que querer implique obligatoriamente poder, pero estamos seguros de que no querer siempre será no poder, y da la sensación de que muchas de las administraciones de las que dependen importantes aspectos educativos de nuestros hijos e hijas están cómodamente instaladas en el no querer.  Las ampas y las familias organizadas seguiremos estando enfrente de ellas presionando para que se cumplan nuestros derechos.